Cuando una empresa comienza a crecer, también crece la complejidad de su operación. Ya no se trata únicamente de vender productos, sino de poder identificarlos con precisión, organizarlos de forma estandarizada y mantener un control confiable de su información a lo largo de toda la cadena de suministro.
En este contexto, comprender los estándares de GS1 se convierte en un paso fundamental, especialmente si se utilizan herramientas tecnológicas como SIRCO para la administración de inventarios y registros de productos.
Antes de comenzar a trabajar con este tipo de plataformas, es importante familiarizarse con tres conceptos clave que funcionan como la base de una operación ordenada: GTIN, GLN y GPC. Estos términos no son solo siglas técnicas; representan un sistema de organización global que permite que los productos, las empresas y las categorías hablen un mismo lenguaje dentro del comercio.
El GTIN, o Global Trade Item Number, es un identificador único asignado a cada producto. Puede entenderse como la identidad oficial de un artículo dentro del ecosistema comercial. Gracias al GTIN, un producto puede ser reconocido de manera inequívoca por sistemas de inventario, puntos de venta, plataformas logísticas y redes de distribución en cualquier parte del mundo.
Este identificador es la base para la generación de los códigos de barras y permite que la información del producto se mantenga consistente a lo largo de toda la cadena de suministro. A medida que las operaciones de una empresa se vuelven más complejas, el GTIN se transforma en una herramienta indispensable para evitar errores, duplicidades y pérdida de información.
El GLN, o Global Location Number, funciona como el identificador de ubicaciones y entidades legales. A diferencia del GTIN, que responde a la pregunta “¿qué producto es?”, el GLN responde “¿quién es?” y “¿dónde está?”. Este código se utiliza para identificar empresas, razones sociales, centros de distribución, plantas de producción, sucursales y franquicias.
Gracias al GLN, los sistemas pueden reconocer con precisión desde qué ubicación se envía un producto, a qué destino llega y qué entidad es responsable de cada movimiento. Esto resulta esencial para la trazabilidad, la logística y los procesos administrativos que requieren exactitud y estandarización.
El GPC, o Global Product Classification, es el sistema que permite clasificar los productos dentro de una estructura de categorías estandarizadas a nivel internacional. Su función principal es organizar los artículos en grupos coherentes que facilitan el análisis, la búsqueda, la administración de inventarios y la toma de decisiones comerciales.
Cada producto debe pertenecer a una única categoría principal dentro del sistema GPC, lo que asegura claridad en la clasificación y evita ambigüedades. Por ejemplo, un producto puede pertenecer a categorías como ropa para dama, ropa para caballero o ropa infantil, pero únicamente puede tener una clasificación primaria que lo ubique de forma precisa dentro del catálogo global.
Estos tres conceptos trabajan de manera conjunta para crear un sistema de identificación, localización y clasificación estandarizado. El GTIN define la identidad del producto, el GLN define a las empresas y ubicaciones involucradas, y el GPC organiza los productos dentro de categorías estructuradas. Esta combinación permite que plataformas como SIRCO funcionen de forma eficiente, asegurando que la información fluya correctamente entre los diferentes actores de la cadena de suministro.
Comprender estos términos antes de utilizar SIRCO no solo facilita el uso de la herramienta, sino que fortalece la forma en la que una empresa estructura su información, mejora su control operativo y construye bases sólidas para su crecimiento.
Estos estándares permiten que las empresas construyan una base sólida para el control de su información, optimicen sus procesos internos y fortalezcan su comunicación con clientes, proveedores y socios comerciales. Antes de implementar herramientas como SIRCO, dominar este lenguaje universal de los productos y las ubicaciones garantiza una operación más eficiente, trazable y alineada con las mejores prácticas internacionales.